jueves, 21 de abril de 2011

Lazarillo-El clérigo

Al irse de aquel río donde dejó al ciego inconsciente en el suelo, se encontró con un clérigo, que era aun peor que el ciego.
Apenas le daba de comer, hasta que un día le dijo al cerrajero que le hiciese una copia de las llaves de un baúl donde guardaba toda la comida. Alas noches lo abría sin hacer ningún ruido, y para que el clérigo no se enterase, hizo unos agujeros al rededor del baúl, para que pensase que habían sido ratones.
Así pasaron los días hasta que el clérigo le pilló y le dió tan fuerte, que Lázaro se desmayó. Cuando despertó, decidió escapar, y se fue a buscar otro dueño

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